La disrupción es un término que cada vez es más común. Esta supone un cambio abrupto en la manera de hacer las cosas.
La innovación debe ser cada vez más audaz y asumir riesgos para romper esquemas establecidos.
Los startups que apuntan a las ideas disruptivas se aventuran en áreas que usualmente se han mantenido como tradicionales, con el fin de crear nuevos modelos de negocio para usuarios exigentes.
Hoy en día, son muchas las industrias que se han ido transformando mediante la disrupción.
Uno de los sectores que han visto grandes cambios es el de transporte. Con la aparición de Uber, se generó una disrupción en este sector y para setiembre de este año ya la plataforma contaba con más de 8 millones de usuarios a nivel mundial en más de 400 ciudades.
En Costa Rica, el transporte de cosas también ha presentado grandes oportunidades con la aparición del startup tico GoPato, que por un monto razonable puede gestionar mandados de manera inmediata.
Incluso sectores tan tradicionales como la banca y los seguros han sido objeto de grandes cambios al aplicar ideas disruptivas.
Hoy se ha acuñado el término fintech para describir a los startups que aplican las tecnologías innovadoras en servicios financieros.
Por ejemplo, en Costa Rica, el startup FT Technologies está creando una plataforma que permitirá a procesadores de pagos y comercios manejar transacciones electrónicas de manera sencilla.
La disrupción es algo inevitable, y más importante, algo que debe ocurrir.
Las ideas disruptivas encuentran por lo general muchos roces en el camino, por lo general cuando las industrias tradicionales y los mismos clientes se oponen a estos cambios.
Sin embargo, los emprendedores que realmente resaltan saben cómo andar hasta llegar a la meta.
Originalmente publicado en el Periódico El Financiero el 6 de noviembre de 2016.