De izquierda a derecha: Helga Álvarez, Marianne Hütt, Karla Staton y Carolina García.
Carolina y Karla se conocieron gracias a una profesora en común de un curso que llevaron en la Escuela de Educación de Harvard. Ambas han sido apasionadas de la educación toda su vida. Hoy son empresarias y directoras de Bellelli, un centro de educación infantil enfocado en la filosofía de Reggio Emilia y un centro de desarrollo profesional docente.
Bellelli fue fundado por Carolina García desde el año 2011 y abrió sus puertas en 2014. Por sus aulas han pasado docenas de niños que, además de aprender conocimientos básicos académicos, han desarrollado habilidades de convivencia, liderazgo, creatividad, resolución de problemas y formación humanista. Según Karla Staton, co-fundadora de Bellelli, la fortaleza del centro es el capital humano con el que cuentan: un grupo de profesionales altamente capacitadas y disconformes con el sistema, lo que les provee una disposición por aprender y “desaprender”.
En la actualidad, Bellelli emplea a 17 personas –todas mujeres– y espera crecer en el mediano plazo para abrir un segundo centro, debido a la alta demanda. Carolina menciona que el éxito de la empresa se debe a una constante innovación en el sector de la primera infancia, con un enfoque educativo diferenciador que valora el potencial creativo y social del niño, el juego y el disfrute.
Por otro lado, Helga Álvarez eligió la tecnología digital como su arma de emprendimiento. Helga es co-fundadora del startup tico Leaf –plataforma para escuchar música de manera gratuita. Hoy viven en Inglaterra, donde se han dedicado a desarrollar y perfeccionar la plataforma. Leaf inició hace unos años con un grupo de cuatro emprendedores incluyendo a Helga.
Antes de Leaf, Helga trabajó en otros startups, incluyendo la primera app de iPhone para bases de datos relacionales para end user, en la red social Grindr y en la plataforma de recetas AllRecipes. Hoy Leaf tiene más de un millón y medio de usuarios a nivel mundial y su equipo es de 14 personas, de las cuales al menos un tercio son mujeres, incluyendo programadoras.
Helga considera que emprender es como una montaña rusa, y siente que el panorama para las mujeres en tecnología va mejorando día a día; que no es solo un esfuerzo de universidades y gobierno, sino incluso dentro del núcleo familiar. Para ella, es necesario quitarse los miedos a fracasar.
Marianne Hütt decidió dedicarse a las ciencias de la salud. Desde siempre sintió una vocación por esa área y finalmente tomó la decisión al irse a estudiar a Estados Unidos. Marianne es parte del equipo de Speratum, un startup que está investigando un tratamiento contra el cáncer de páncreas desde Costa Rica.
Para ella, lo más reconfortante de su carrera es lo mismo que la motiva día a día: saber que su trabajo va a impactar positivamente en mejorar la calidad de vida de miles de personas y pacientes. Speratum cuenta con un equipo completo de científicos, entre los cuales la mayoría son mujeres.
Para Carolina, la decisión de ser emprendedora ha sido retadora, pero emocionante. Ha tenido que enfrentar sus miedos, pero considera que contar con un buen equipo le ha ayudado en su emprendimiento. Marianne recomienda a las mujeres que desean dedicarse a las ciencias que busquen lo que más las apasiona y que nunca olviden el sentimiento de cuando algo sale bien, porque –al menos a ella– la mantiene motivada para seguir experimentando; y, sobre todo, recomienda nunca sentirse menos capaces que otros.
